The National Times - El cerebro humano, nuevo campo de batalla del siglo XXI

El cerebro humano, nuevo campo de batalla del siglo XXI


El cerebro humano, nuevo campo de batalla del siglo XXI
El cerebro humano, nuevo campo de batalla del siglo XXI / Foto: © AFP/Archivos

¿Y si los ejércitos tuvieran que prepararse para los conflictos en los que el campo de batalla sea el cerebro de los ciudadanos, lejos de las operaciones clásicas de influencia? Esa es la idea que conlleva el concepto de guerra cognitiva, tomada muy en serio por los Estados Mayores occidentales.

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La expresión engloba fenómenos tan variados como la reciente campaña en TikTok a favor de la extrema derecha rumana, el misterioso síndrome de La Habana que afectó a diplomáticos estadounidenses en 2016, o las maniobras de China para promover la unificación con Taiwán.

¿El punto en común de estos eventos tan dispares? El cerebro humano, más accesible que nunca gracias a la hiperconectividad de nuestras sociedades.

Es el "nuevo campo de batalla del siglo XXI" resume el teniente coronel de reserva francés François du Cluzel, autor de un informe de la OTAN sobre el tema.

"Se trata de debilitar a un adversario sin involucrarse formalmente en el combate. Es una guerra de baja intensidad", indica.

"Buscamos cambiar la forma en que se piensa. Jugamos con la atención, el lenguaje, el aprendizaje, la memoria, las percepciones y el pensamiento. Todo el conjunto de mecanismos de conocimiento", explica el oficial.

Un caso es el de la red social de videos TikTok, cuya casa matriz Bytedance, debe rendir cuentas al Partido Comunista de China y debilita a los jóvenes "al apartarlos de la lectura".

"Ya sea TikTok para China o X para Estados Unidos: quien controla el algoritmo controla la narrativa", destaca Axel Ducourneau, antropólogo y especialista en ingeniería social adscrito al Estado Mayor de las fuerzas armadas de Francia.

Sin embargo, sostiene que "la guerra cognitiva es una manipulación a una escala mucho mayor".

- "Real o no" -

Las campañas de desinformación no son más que una táctica entre otras en el marco de una estrategia mucho más amplia, que puede recurrir a otras tecnologías como la difusión de imágenes subliminales o incluso ondas electromagnéticas para impactar directamente en los cerebros.

Es una de las hipótesis avanzadas para el síndrome de La Habana, que afectó a decenas de diplomáticos estadounidenses en Cuba en 2016. Dolores de cabeza, acúfenos, imposibilidad de concentrarse, pérdida de capacidad cognitiva: el impacto fue muy concreto.

El caso tuvo un efecto de bola de nieve. Miles de otras personas pensaron estar afectadas y se tuvieron que movilizar recursos considerables para verificarlo, relata James Giordano, un neurocientífico asociado a la investigación, aunque aclara que habla a título personal.

"La ambigüedad producida por ese tipo de operaciones genera una confusión, uno se pregunta si es real o no", argumentó Giordano, director del Centro de Tecnologías Disruptivas y Guerras Futuras de la Universidad Nacional de Defensa de Washington.

- Democracias vulnerables -

China y Rusia se han adentrado en el tema desde hace mucho tiempo.

"La doctrina militar china integra tres espacios: el espacio físico (tierra, aire, mar y espacio), el espacio cibernético y el espacio cognitivo", señala Du Cluzel.

En cuanto a los rusos, "han entendido desde hace mucho tiempo el uso del ser humano con fines políticos".

Los regímenes democráticos son más vulnerables porque, en principio, prohíben maniobras que vayan más allá de la influencia.

"Nosotros, las democracias liberales, no vamos a trabajar --abiertamente, al menos-- en armamentos que alteren la percepción, mientras que nuestros adversarios no tienen problemas éticos", agrega.

¿Cómo protegerse de esto teniendo en cuenta que casi siempre estas maniobras son descubiertas cuando es demasiado tarde?

Es necesario identificar las vulnerabilidades de las sociedades y llevar a los ciudadanos a una etapa avanzada del pensamiento crítico, la "metacognición", una manera de tomar distancia frente a sus propios pensamientos y emociones, señala Ducourneau.

Suecia, por ejemplo, creó en 2022 una "Agencia de Defensa Psicológica" para identificar las amenazas y coordinar los esfuerzos de los actores involucrados, públicos, privados, civiles o militares.

C.Stevenson--TNT