
El expresidente francés Nicolas Sarkozy entrará en prisión el martes

Nicolas Sarkozy entrará en prisión el martes por maniobrar para financiar ilegalmente con dinero libio su campaña electoral de 2007, convirtiéndose en el primer ex jefe de Estado francés entre rejas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
El presidente conservador entre 2007 y 2012 ingresará en la cárcel parisina de la Santé para cumplir una pena de cinco años de prisión por asociación ilícita, impuesta por un tribunal de París en septiembre.
Su condena estuvo acompañada de polémica porque el también marido de la cantante Carla Bruni cuestionó que el tribunal ordenara su ingreso en prisión sin esperar a su esperado recurso.
"Asumiré mis responsabilidades, atenderé las citaciones judiciales y si realmente quieren que duerma en prisión, dormiré en prisión con la cabeza alta. Soy inocente", dijo entonces este referente de la derecha francesa.
El martes llegará ese momento. Para evitar el contacto con otros detenidos y eventuales fotos, Sarkozy ocupará probablemente una de las 15 celdas de nueve metros cuadrados del área de aislamiento de la Santé, según agentes penitenciarios que conocen bien la prisión.
Este hombre nacido el 28 de enero de 1955 seguirá los pasos de otros famosos presos que ya pasaron por la Santé, como el venezolano Carlos "El Chacal", condenado por atentados en los años setenta y ochenta, o el dictador panameño Manuel Antonio Noriega.
Sin embargo, podría permanecer encarcelado sólo unas semanas. Sus abogados podrán solicitar su libertad condicional desde el momento en que pise la cárcel, porque ya tiene 70 años. La justicia tendrá dos meses para resolver.
- "Excepcional gravedad" -
"Sarko", como se le conoce en Francia, será el primer ex jefe de Estado galo encarcelado desde Philippe Pétain, quien acabó entre rejas al término de la Segunda Guerra Mundial por colaborar con la Alemania nazi.
Aunque otros jefes de Estado europeos han pisado la cárcel, como el dictador griego Georgios Papadópoulos en los años setenta por alta traición, el francés será el primero de un país ya dentro de la Unión Europea.
Este encarcelamiento choca con la imagen de mano dura contra los delincuentes que este animal político se forjó como ministro del Interior entre 2005 y 2007, un cargo que lo catapultó a la presidencia.
"Deseo que no haya medidas de reducción de pena para las condenas superiores a seis meses", decía a mediados de la década pasada Sarkozy, recordó en septiembre el semanario satírico Le Canard Enchaîné.
En concreto, el expresidente fue condenado por permitir que allegados suyos se acercaran a la Libia de Muamar Gadafi, fallecido en 2011, para obtener fondos para financiar ilegalmente la campaña de 2007 que le llevó al poder.
Aunque el proceso no permitió demostrar que el dinero se utilizó en "última instancia", el tribunal subrayó que este sí salió de Libia, por lo que lo condenó por asociación ilícita y por la "excepcional gravedad de los hechos".
Esta condena no es la primera contra el conservador, que ya portó una tobillera electrónica a inicios de año. Suma otras dos por corrupción, tráfico de influencias y financiación ilegal de campaña en 2012, y también tiene otras causas abiertas.
- "Buena persona" -
Sus críticas en las últimas semanas a una "injusticia insoportable" y a la presunta politización de los jueces en su contra, le cosecharon apoyos en sectores de la derecha y de la ultraderecha.
Durante una "copa de adiós", se comparó incluso con Alfred Dreyfus, un militar francés judío acusado falsamente hace 130 años de espiar para Alemania, en un caso que marcó a Francia, según el diario Le Figaro.
Seis de cada 10 franceses consideran "justa" su entrada en prisión pese a que el juicio en apelación debería celebrarse en los próximos meses, de acuerdo a un sondeo reciente de Elabe.
Pero en Neully-sur-Seine, donde llegó a la alcaldía con sólo 28 años, algunos vecinos lo ven "injusto". "No se merece todo esto. Es una buena persona (...) Después de todo el bien que hizo en Neuilly", aseguró Jihen Touillon, una recepcionista de 41 años.
El presidente actual, el centroderechista Emmanuel Macron, se vio obligado a salir en defensa de la justicia. La fiscalía abrió una investigación por amenazas en las redes sociales contra la magistrada del caso.
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P.Jones--TNT