The National Times - Juan José Omella, de cura de pueblo en España al cónclave

Juan José Omella, de cura de pueblo en España al cónclave


Juan José Omella, de cura de pueblo en España al cónclave
Juan José Omella, de cura de pueblo en España al cónclave / Foto: © AFP

El cardenal español Juan José Omella dice llegar al cónclave con la libreta en blanco y convencido de que jamás votaría por él para sustituir al papa Francisco.

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A sus casi 80 años, Omella tiene más de medio siglo como sacerdote. Por décadas fue el párroco de un pequeño pueblo de Aragón que hoy no llega a 4.000 habitantes.

"Pensé que me enterrarían siendo cura en Calanda o en algún otro pueblo de alrededor", dijo Omella a la revista Eclesia hace un año. "No quería ser más que cura de pueblo o cura en África".

Fue de hecho misionero en Zaire, hoy República Democrática del Congo, en 1996, antes de volver a España como obispo auxiliar de Zaragoza hasta convertirse luego en arzobispo de Barcelona.

"El Señor elige y capacita. Ni lo soñé, ni lo pedí", insistió Omella, creado cardenal en 2017 y desde 2023 en el Consejo de Cardenales, el llamado C-9 que asesora al papa en asuntos del gobierno de la Iglesia.

"Mi relación con el papa es normal", minimizó en una entrevista con el diario ABC. "Cuando tengo alguna cosa que comentarle se la comento y ya está".

Omella nació el 21 de abril de 1946 en Cretas, un pequeño pueblo en Aragón de unos 600 habitantes.

Oriol Trillas, experto en la Iglesia catalana, escribió en El Mundo que antes de que Omella fuera cardenal, la única "celebridad" del pueblo era el torero Nicanor Villalta, el "coloso de Cretas", que también nació ahí en 1897.

Se ordenó en 1970. Estudió en un seminario en Zaragoza e hizo estudios igualmente en Lovaina y Jerusalén.

Fue nombrado arzobispo de Barcelona en diciembre de 2014. Que hablara catalán y lo mezclara con su humor aragonés permitió un aterrizaje suave.

- "Yo no me voy a votar" -

Estando en el cargo, tuvo lugar el fallido intento separatista de Cataluña impulsado por el gobierno regional, que terminó en la justicia.

Trillas indicó que el movimiento liderado por Carles Puigdemont esperaba que Omella se convirtiera en su "llave de acceso a la Santa Sede".

"Ni Omella fue la llave ni el papa Francisco se prestó a ningún enjuague", añadió, citando una entrevista al pontífice en la que dijo que el tema se debía "agarrar con pinzas".

Con todo y en medio de críticas de los extremos conservadores y progresistas, Omella lidera su archidiócesis sin demasiado ruido a la espera de que el nuevo papa le acepte la renuncia obligatoria por su edad.

El cardenal es moderado, discreto, unas características que ahora trae a su primer cónclave.

"Voy con los ojos abiertos, los oídos, el corazón. Voy con la libreta y la página en blanco", dijo a la Televisión Española.

"Tenemos que plantearnos evidentemente qué desafíos tiene tanto la Iglesia, como la sociedad", aseguró.

Sobre el futuro papa, afirmó: "no (se trata) tanto si es progresista o retrógrado, pero sí si es fiel al evangelio".

Omella, fiel a su pasado de cura raso, apoya "una Iglesia abierta, una Iglesia misionera". "Una Iglesia cercana a los pobres, donde todos caben: igual ricos que pobres, igual pecadores que santos, todos cabemos".

Y ante la posibilidad de ser el próximo papa, lanza su lado pragmático: "Ya veremos qué pasará, yo no me voy a votar".

S.Arnold--TNT